sábado, 1 de mayo de 2010

Un mar de lágrimas


"Resbaló y se encontró con que había caído en un sitio repleto de agua salada que le llegaba hasta más arriba del cuello. Al pronto se le antojó que se había caído al mar [...] Sin embargo, pronto se dio cuenta de que donde había caído era en la balsa de lágrimas que había formado al llorar cuando medía dos metros y setenta y cinco centímetros.

-¡Ojalá no hubiera llorado tanto!-dijo Alicia, probando a nadar para encontrar el suelo seco-. Supongo que mi castigo será ahogarme en mi propio llanto."


Porque del libro original de Lewis Carrol se puede sacar mucho más jugo que de cualquier adaptación.
Además, ¿quién no ha tenido momentos de conformarse con nadar en su propio llanto antes que intentar salir a flote?

Y a los demás, ¡que les corten la cabeza!


2 comentarios:

Isabel dijo...

Ooh, qué genial *-* A ver si me leo ese libro, que le tengo ganas ò.ó

¡Un besooo! (K)

RA dijo...

Yo sí he tenido momentos de esos. y qué pasa? xD
Me reconoces fácilmente tú, que sabes de qué iba vestido.

Salgo ahííííííí y ahíííííí
y la fiesta esperqmops que aquííííí xD

P.D.: en la foto del perfil eres MaríaGo total.